miércoles, 27 de junio de 2018

Patricia

Esta historia es pura ficción. La foto la he encontrado en internet.

-.-

Hola, me llamó Julián, tengo 30 años, soy registrador de la propiedad, gano mucho dinero y convivo con Patricia.
Pero primero hablemos rápidamente de mí.
Estudio derecho y me dejé los codos estudiando, hasta obtener más máximas notas. Una vez obtenido el título, estudié unas oposiciones a registrador, ya que corrían rumores que, debido a que habían pasado muchos años desd las últimas, estaban próximas las siguientes.
Dos años más tarde obtuve la primera posición en las oposiciones y con ello pude elegir plaza. Elegí una en Madrid.
Mis ingresos eran de unos 17.000 € al mes de promedio, repito, al mes, no al año. Y punto final de este apartado.
Ahora hablemos de mi sexualidad.
Desde adolescente me sentí atraído sexualmente tanto por los chicos como por las chicas. Estaba claro que era bisexual. Tuve varias relaciones, tanto con chicos como con chicas, pero ninguna seria. Tan solo fue sexo.
Desde los 18 hasta los 26 el sexo desapareció de mi vida. La única manera de sacar plaza en unas oposiciones de registrador era centrarse solo en los estudios y abandonar cualquier relación sentimental o erótica. Así lo hice.
Cuando ocupé plaza en Madrid con 26 años, decidí buscar lo que tanto había apartado de mi vida.
Pero estab el tema de mi bisexualidad. ¿Qué me convenía buscar, un chico o una chica, si estaba a gusto con ambos? ¿O la solución estaba en un tri-monio en vez de un matrimonio, es decir, en una relación a tres, lo que ahora se llama poliamor? Sinceramente una relación con dos personas no me interesa, creo que es muy difícil de llevar y solo consigues dispersarte. O creo que en mi caso no hubiera funcionado.
Entonces apareció la solución: un travesti. ¡Cómo no lo había pensado antes!
Me metí en foros sobre travestís, ladyboys, shemales, crossdressers, etc. No sé si me he dejado algún nombre en el tintero. La mayoría de estos foros era en inglés. Pero no conseguía encontrar la solución por este camino.
Tarjeta de crédito en mano me inscribí en tres páginas webs de contactos pero tampoco encontré nada que me apeteciera entonces.
Pero un día encontré en mi casilla de correo un mensaje de una tal Patricia de 17 años de edad. Me dijo que era de Madrid y que buscaba novio. Me dijo que había encontrado mi dirección de correo y mi foto en un blog en inglés y que yo le había gustado mucho.

Chateamos durante un buen rato y disfruté mucho de la conversación. Me dijo que se sentía del sexo femenino desde muy pequeño